MAR DEL PLATA POLO CLUB

Un poco de historia ...

A principios del siglo pasado el polo se jugaba en las estancias de la zona y tiene su inicio a comienzos de 1928. El Teniente Coronel Don Rómulo Betnaza fue quién gestionó la realización del primer partido de polo en los terrenos donde actualmente está el Parque Camet.
En el partido fundacional realizado el 18 de febrero participó el Club de Polo "Los Indios" que formó Don Betnaza, Adriano Teruel, Juan Carlos Giribone y Eustaquio Méndez Delfino. Por otro lado, el Regimiento de Granaderos a Caballo "General Don José de San Martín", integrado por Juan D. Sarmiento, ALberto Paz, ELiseo Brizuela y Luis A. Oddone. La coordinacion estuvo a cargo de Félix Videla Dorna.
Granaderos a CAballo venció a Los Indios y se adjudicó la Copa instituida por el señor José Luis Bustamante. Esta copa se mantiene en la actualidad en su calidad de Challengue, dentro del Torneo de Verano que anualmente organiza Mar del Plata Polo Club.
El éxito alcanzado en estos primeros partidos determinaron la necesidad de disponer de convenientes instalaciones que se realizaron durante 1929. La concurrencia de los amantes del polo fue notable, disputándose varios concursos para adjudicar las Copas "José Luis Bustamente" , "La Nación", "La PRensa", "El Mundo", y "La Razón". De esta forma el polo fue adquiriendo un distintivo y respetable lugar en el conjunto de los atributos deportivos y turisticos de nuestra balnearia y progresiva ciudad.
Juan Pedro Camet fue quien donó en aquel momento noventa héctareas situadas sobre la barranca contigua al arroyo La Tapera, con expresa voluntad de que esas tierras fueran destinadas a la actividad hípica. En la concreción de esta donación tuvo eficaz participación Felix U. Camet, que conjuntamente con directivos del Club convirtieron el terreno en un hermoso parque. Allí plantantaron millares de árboles, construyeron un espacio destinado a la gastronimía, ycanchas de golf y polo.
El 25 de noviembre de 1957 se fundó el MAR DEL PLATA POLO CLUB. Participaron de la asamblea: Enrique Pouyessegur, Enrique Martín Pouyessegur, Juan Carlos Petersen, CArlos A. Saénz, Cecilio Antonio Saenz, Horacio Fontanta, Rodolfo Hopff, Augusto López Miles, Héctor López Miles, Agustín León Muguerza, Réne Moreau, Jorge Errecaborde y quién presidió Alí Enrique Pouyessegur.
El 20 de abril de 1979 fueron aprobados los estatutos del MAR DEL PLATA POLO CLUB, al quedar reconocido como persona jurídica por la Resolución Nº 293 del director Provincial de Personas Jurídicas de la Provincia de Buenos Aires.

El mérito a la intensa actividad desarrolada por jugadores locales y nacionales año tras año se ha visto fortalecida por la concurrencia de profesionales del exterior. El intermcabio de culturas favorece el crecimiento a nivel profesional.

Agradecimiento a David Henoch Nievas

LAS ESTANCIAS Y SUS RAICES

CHAPADMALAL
Propiedad de la familia Martínez de Hoz adquirida en la segunda mitad del S. XIX. Constaba de 25.000 Ha. divididas luego en dos partes iguales que correspondieron a los hermanos Miguel Alfredo y Eduardo Martinez de Hoz.
El primero fue el creador de Chapadmalal, una HARAS de primer orden en el país, con un magnífico casco cuyo edificio principal es llamado el "Castillo", enorme residencia escocesa proyectada en 1905 por el arquitecto inglés Walter B. Basset - Smith y ampliada más tarde en diversas oportunidades. Importantes también son los galpones, establos y cemnterio con el que cuenta. Un enorme parque rodeaba estas instalaciones. En 1950 se dividió nuevamente la propiedad. Miguel construyó nuevas instalaciones y la llamó Comalal.

SANTA ISABEL
Ese fue el nombre que se le dió a la otra mitad de Chapadmalal que correspondió a Eduardo Martinez de Hoz. La casa principal, una "Villa" de planta central, quizás de los primeros años de este siglo.

MARAYUÍ
Es una estancia de recreo y HARAS cuyo propietario es Federico Zorraquín, quién compró 100 Ha de Chapadmalal. La edificación fue proyectada por el arquitecto Rodolfo Sauze y construídos por la empresa Arturo Lemmi y Hermanos en 1940

jueves, 11 de septiembre de 2008

HISTORIAS DE CAMPO

Estancia Santa María, Chascomús

Ricardo Newton, un visionario


En la actualidad es difícil proyectar la cría de ganado sin antes establecer los límites del territorio. En tanto que en el 1840 la actividad ganadera no resultaba tan sencilla para los estancieros, como los es hoy en día. La realidad indicaba que la necesidad de definir la propiedad y dividir el ganado era inminente para los habitantes de la pampa. El advenimiento del alambrado era anhelado por todos. Por este motivo fue bien recibida la iniciativa de Ricardo Newton que con el correr de los años se perfeccionó.
William Mac Cann era un negociante y viajero inglés que llegó al país en 1842. Su curiosidad por los beneficios comerciales que obtuvieron los súbditos británicos en el Rio de la Plata lo hizo desembarcar en el antiguo puerto de Buenos Aires durante el gobierno Rosista. El escritor Noel Sbarra[1] agregó un párrafo a la historia argentina al seguir los pasos del viajero, donde plasmó el diario de ruta identificando las anécdotas del trotamundos ante el descubrimiento del alambrado.

El recorrido de Sbarra en 1950

La información más antigua acerca del uso del alambrado en el país se recoge de Williams Mac Cann en sus escritos “Viaje a caballos por las provincias argentinas”. Sbarra, relata en un pasaje las anécdotas de este viajero británico y José Mers amigo y compañero, que han transitado los caminos de Chascomús.
Luego de un extenso recorrido por el campo, sedientos, se acercaron a la estancia de Don Ricardo Newton, un súbdito inglés en 1847. Los viajantes fueron recibidos por la señora del mayordomo Ford. Según describe Sbarra, con una hospitalidad que les sorprende, pero habitual en la gente de la región pampena.
Mac Cann escribió una carta al British Packet donde señaló la calidez con la cual fueron recibidos y el alojamiento que los habitantes les habían proporcionaron. “Las posadas y hoteles no existen en la pampa y el viajero debe apelar a la hospitalidad de la gente”, explicó.
Los viajeros dieron un vistazo a la casa y distinguieron una huerta que estaba protegida por un fuerte alambrado. El plantío contenía hortalizas de varias clases, tropicales y europeas; como así también frutas tales como peras, higos, manzanas, duraznos, membrillos, frutillas, naranjas, damascos, nueces y ciruelas. Al mismo tiempo observaron que las huertas lindantes estaban divididas por arbustos espinosos y cercas de hierros al resguardo de los animales.
En 1845 después de su viaje a Inglaterra, Newton trajo una novedad, el alambre. Durante su estadía “observó un sistema de cercado en un parque de Yorkshire donde pastaban unos ciervos”.
Entonces, le encargó a Alejandro Codwell (carpintero) que alambrara su huerta. Sbarra narra que en la estancia Santa María cualquier vecino curioso se podría tropezar con la original y hasta moderna modalidad de división, “el alambrado de un dedo de grueso, era una verdadera varilla de hierro que rodeó la huerta y el jardín de la estancia”.

Newton propietario de la Santa María

La estancia Santa María construida en 1834, se encuentra ubicada a diez leguas de Chascomús, sobre las barrancas de Samborombón. Mac Cann describe las tierras que guarda en su memoria, la vieja estancia de un amigo que le recuerda a su patria, Londres, por su estilo arquitectónico y su mobiliario. “Es una pequeña ciudad distante treinta leguas de Buenos Aires. Tuvo, en otro tiempo, hasta cuatro mil habitantes, pero al presente se halla en estado ruinoso por haber sido, en 1839, el teatro de una revolución contra el General Rosas”.
El escritor dibuja la casa de tal forma que es casi imposible no imaginársela “era de azotea, con dos breves lomos de tejas de pizarra, que son los techos de dos pequeños altillos donde Newton criaba gusanos de seda”. El frente, al noroeste, estaba protegido por una galería enrejada, y sus ángulos eran de doble planta, semejando estas habitaciones en altos, “una suerte de torres con puertas de trampa, que servían de refugio en aquellas épocas de indios y malones”.

Además de los problemas habituales que había durante el gobierno de Rosas la situación se agravaba a causa de las malas relaciones que entablaba con la población indígena. Según Romero, el cacique Calfulcurá había creado “el vasto imperio de las pampas en 1852”. A pesar de todo Rosas había mantenido con este relaciones estables.
En 1913 Don Lorenzo Larralde, el nuevo propietario de Santa María, obsequio al General Francisco Reynolds y a un descendiente de Don Ricardo Newton, dos antiguos cañones que permanecían en la estancia.

Diario de ruta y reflexión final

Al finalizar su viaje, Mac Cann, después de haber recorrido doscientas leguas por el interior de la provincia; escribió un artículo que fue publicado en Liverpool en el año 1846 “The present position of affair in the River Plate”.
Además de ello publicó una carta el 12 de junio de 1847 en el semanario British Packet donde “formuló algunas consideraciones sobre las condiciones de vida de la campaña bonaerense”. Años después se difundió la carta por la Gaceta Mercantil y el Archivo Americano, voces oficiosas del gobierno de Rosas.

Economía y hacienda

En el ámbito de la economía hubo grandes cambios tales como se estableció un riguroso control en las finanzas y en el manejo de los fondos públicos como así también “fueron reorganizadas la contaduría y tesorería general”. Con esta reforma el gobierno publicó periódicamente en la Gaceta Mercantil y en el Registro Oficial los movimientos financieros. Al mismo tiempo entró en vigencia la “ley de aduana, que benefició al comercio y protegió la originaria industria local”.
La actividad ganadera se desarrolló con rapidez. Se importaron animales finos de raza ovina que “mejoraron los criaderos existentes y permitieron la exportación de lana”. El ganado bovino, cuyo mestizaje se había iniciado en 1823, elevo su calidad.
En el mismo año, el hacendado John Miller introdujo (procedente de Inglaterra) para su estancia de la Cañuelas, el primer toro de raza Durham o Shorthorn, denominado Tarquino. En tanto que el galpón de la estancia de Newton, Mac Cann y su compañero hallaron “una prensa de tornillo para enfardar lana que luego se exportaría”.
Se comenzó con la cruza de vacunos y sus lanares con reproductores de raza importados de Europa. Claro que para esta tarea era necesario, como bien señala Romero, cercar sus campos para “asegurar la cría y la selección”. Desde un comienzo la hacienda pastaba dispersa y para concentrarla sus dueños debían hacer largos rodeos. En ese entonces el inglés Ricardo Newton, quien era propietario de la estancia Santa María “trajo de Inglaterra en 1845 alambre de hierro que utilizó para cercar su establecimiento”, explicó Ibañez.
Al comprobarse los beneficios del sistema se extendió su uso, el que junto con la marca de fuego, elimino los problemas derivados de la propiedad de los animales y la tierra. Newton procuraba por primera vez “obtener ovejas mejoradas, de cuya lana comenzaba a haber gran demanda en el mercado europeo”, conforme a los escritos de Romero.
Además se realizaron por iniciativa del gobernador Urquiza nuevos experimentos agropecuarios. Se encargó de estimular en Entre Ríos el mejoramiento del ganado e introdujo merinos y alambró campos. Durante la época de Rosas se desarrollaron las industrias agropecuarias, en particular los saladeros y graserías. La agricultura, en especial el cultivo de trigo, recibió protección del gobierno.

Propietarios

En el parque de Santa María yacen los restos de Ricardo Newton. Dejo de existir en su propia estancia y lo sepultaron en una tumba rodeada con una sencilla reja cubierta por una lapida de mármol. Luego sus restos fueron llevados a Buenos Aires y se conservan en la misma forma.
A pesar de algunas inexactitudes con respecto a las fechas se considera a Ricardo Newton como el que introdujo los cercos de alambre a la Argentina. Sin embargo, Don Eduardo Olivera, quien escribió su biografía a un año de su muerte señalo que “lo empleaba solamente en el cerco de la quinta de su estancia, por no permitir darle mayor amplitud a las dificultades que, en 1845, oponía el gobierno de Rosas”.
Don Lorenzo Larralde fue catalogado como un buen anfitrión que a los 96 años brindo testimonios para el armado de la primera edición del libro de Sbarra. Algunos años más tarde, el 28 de junio de 1961, fallece a la edad de 102 años.

[1] Médico pediatra e Higienesista argentino, graduado de la Universidad" de La Plata; colaborador de la revista “La Chacra”; miembro del Instituto Agrario Argentino y autor de la “Historia del Alambrado en la Argentina”.

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